lunes, 14 de noviembre de 2011

Expectativas. Expectativas. Expectativas.
Ilusiones. Ilusiones. Ilusiones.

Supongo que todo es parte de la edad. NO. NO. NO. NO. NO. NO.
Ya no.

Bluevelvet DESPIERTA! No me abandones, No.
Me duele algo en el pecho. Algo más allá de todo.
Me duelen las ilusiones, los recuerdos, estos sonidos, me duelen las sonrisas, los chistes, el amanecer, los libros, las caminatas, las aburridas tardes, las confusiones.
Me duelen incluso las imágenes, porque ya no existen en mí, tomaron su rumbo y me dejaron aquí sentada. Las imágenes. Las imágenes a 24 cuadros por segundo, que se fueron junto con la paz y la fe.
Me duelen incluso esas canciones. Esas canciones por las cuales ya no siento nada.
Esas palabras, me duelen esas palabras, que ya no salen con facilidad. Que me traicionan. Que me miran aburridas e indiferentes y ya no quieren estar aquí. Esas palabras que se dan la vuelta y se van a dormir. Y tienen mucho tiempo dormidas.
Los dias pasan como agua en la tierra, se estancan, cambian de dirección, se ensucian. Son lentos, resbaladizos, molestos.
Pasan los dias. Pasan los meses. Pasas tú. Pasa un año de escondites.
Tu voz me recuerda a aquella vaga noche en la planta baja de mi casa, a través del teléfono, tu voz no sonaba suave. No. No.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Crónica ll. Toma 2.

Pagó la habitación. Recibió las llaves. Sonrió hipócritamente al recepcionista y subió las escaleras lentamente. Se dio cuenta en el momento en el que entró al cuarto que realmente era un motel viejo y eso lo hacia aún más romántico.
Sentado al lado de la ventana empañada, soñó despierto con la mujer de labios rojos que abriría la puerta y entraría decidida a hacerle el amor. Ella llevaría un vestido verde, verde esmeralda. Pensó que tal vez un azul rey no estaría mal pero entonces la recordaría a ella y probablemente comenzaria a ver su rostro en todas partes y querría enamorarla una vez más con alguna canción robada a su guitarra. Su mente se empezó a llenar de ella, imágenes cubrían sus ojos y el perfume de la encantadora joven lo inhundaba. Entonces él se sacudió la cabeza y fue a mojarse la cara.
La mujer del vestido verde esmeralda lo esperaba afuera, ansiosa, bellísima. Él sale y la mira, comienza a pensar cómo va a quitarle ese precioso vestido. No parece tarea fácil. Ella sonríe, nota la preocupación en el rostro del amante y se pone de pie frente a él, le besa los labios y luego se da la vuelta.
Él despierta de la ensoñación, mira la habitación lúgubre y sucia y regresa los ojos hacia la ventana. Su auto está estacionado por fuera, su auto negro y viejo. El auto en el que ella se había atrevido a besarlo por primera vez. Entonces él lo recuerda; ella estaba nerviosa, sus bromas y su risa la delatan. Entonces pone alguna canción en la radio, cualquiera para calmar su tensión. Curiosamente aparece una con un piano, un piano que la hace sentir cómoda. Él pregunta cuántas veces ha deseado morir al lado de alguien. Ella contesta que muchas veces ha deseado vivir al lado de alguien. Entonces él, sorprendido por la respuesta, no puede contenerse y se acerca para besar su mejilla. Acto seguido le roza los labios con sus dedos, luego con su boca.
La mujer del vestido verde esmeralda pasea por la habitación mientras se suelta el cabello, comienza a deslizar el vestido por sus hombros hasta quitárselo por completo, después se suelta los tacones. Mira al amante con mirada seductora.
Él se pone de pie y se acerca al viejo espejo que está al fondo de la pequeña habitación. Ella le habla, le dice que ese es el único vestido que la convence. Él se da la vuelta y la mira; lleva un vestido azul rey y da vueltas frente al espejo. Su timidez solo le permite decir que luce muy bien, que es un color bonito. Ella sonríe.
Él decide sentarse en la cama, se sirve un vaso de tequila y se lo toma de un trago.
Ella está desnuda sobre la cama, con una sábana roja sobre ella. Tiene una copa de vino tinto en su mano izquierda, la acerca a sus labios y bebe lentamente. Sus piernas estan descubiertas.
Él está sentado en el piso del sucio baño del motel. Juega con la botella de tequila.
Ella le da la botella de liquido amarillo y le dice que no quiere la botella, que ya todo está decidido, que no puede estar más así, que lo siente pero que tiene que seguir con su vida, que encontró a alguien más. Sube al auto y arranca. Él está destrozado.
Todo se vuelve negro, esuchamos el derrape de las llantas, un estruendo y un golpe.
Vemos al solitario protagonista sentado junto a la ventana, ahora está vestido con un traje negro, en un plano a detalle podemos apreciar unas flores blancas en su mano derecha. Las tira al suelo, se quita el saco y sonríe. Sube a la cama y toca los pies de la joven.










Fade out.

viernes, 19 de agosto de 2011

Choo choo train

Te fuiste, puedo oler en el aire tu ausencia y cuando lo hago, mi corazón se aprieta en su rincón y me implora que no lo llame al exterior.
Trato de evadir toda canción que me recuerde a ti, porque sé que podrás oirla a través de mis lágrimas y los kilometros, por más lejos que te encuentres, amigo. Y lo último que quiero es que escuches mis sollozos. No. Y tampoco yo quiero escucharlos.
No quiero oir los tuyos, quiero saber que haces que valga la pena cada minuto, quiero saber que nuestro sufrimiento es parte de todo el aprendizaje y que vale la pena cada lágrima que dejamos escapar, tú y nosotros. Debes hacerlo. De otra forma, si no lo aprovechas y te deprimes, no estarás traicionando. Y todo, todo... habrá sido una pérdida de tiempo.
Ya veo el día de tu regreso, no está tan lejos de aquí y a la vez están tan retirado que mi corazón se apachurra una vez más. Y se me cae el alma los pies.
Te imagino llegando, con una sonrisa, el cabello alborotado y largo. Los ojos brillosos de tanta alegría acumulada y en tu mente corren recuerdos de otro país y, entonces, es cuando deseas haber estado más tiempo allá. Nos miras, te alegras, la abrazas a ella.

Estás ahora lejos, lejos de donde nosotros. Nosotros nos quedamos aqui, y aún respiramos el aire que atravesó tus pulmones. Sentimos tu ausencia pero, por otro lado, percibimos tu presencia, tu esencia.
Todo tú está con nosotros, porque como la mujer de tu vida dijo hace justo una semana “Está dentro de nosotros“ Pues si, amigo, estás dentro de nosotros, asi como ana está dentro de nosotros. Y todos.
Aunque debo decir que si, si dependemos fisicamente de ti, pero tendremos que aprender a no hacerlo por 10 meses, a saberte cerca aunque no te veamos, a sentirte, porque estás aqui. Porque esta ciudad de cantera rosa no olvida tu perfume, ni tu sonrisa, ni tu talento, ni tu voz, ni tu amor, tu luz, tu corazón. Siempre estás aqui. Siempre, Sergio.

viernes, 5 de agosto de 2011

FUNK

Hoy, hoy termina el verano para mi. Un verano frìo y acogedor, tranquilo y a la vez frustrante. Corrió con una prisa tremenda, impaciente, como arena entre los dedos.
No paso mucho, no hice mucho, no aprendi tanto.
Pero no vengo a agobiar a bluevelvet con mi aburrido verano, no. O si ?
Cada llegada a este espacio me pregunto ¿por que mi mania o costumbre por escribir en medio de la oscuridad a solas? Supongo que esto es como masturbarse... o algo parecido.
Verano incierto, rápido, diferente y pesado.
Cansado.

He estado llorando los ultimos minutos, por cosas de minima importancia. Cosas que ni siquiera la persona más cercana a mis vivencias sabe. Secretos que atormentan mi mente y me hacen aún más temerosa al exterior. Dolores que solo yo y nadie más conoce, nadie más. Y tú, bluevelvet, solo sabes una parte, querido mío.



Me duele el estómago de la duda, las preguntas se atoran en mis pulmones y no me dejan respirar. Mi pecho se agita con el dolor de la incertidumbre y los murmullos del miedo se atoran en mi intestino. Y para curar todo eso, solo una taxidermia podria lograrlo.

No sé, no sé que pasara este año. Le tengo miedo y no creo que sea normal. Es un miedo a la cotidianidad, a la vida, al aburrimiento, a la repetición, a la monotonia.
No puedo más...

Seis minutos para que den las cuatro de la mañana. Ayer, a estas mismas horas me encontraba sentada en el comedor de san juan cosalá rodeada de varios de mis primos jugando un juego bastante divertido. Riendo. Pasando el día.

Los amo, son como mis hermanos.











Y todos lloraban rogando que me quedara aqui, alla y aca. Pidiendo que no me fuera a vivir a otro lado, pidiendo que me mudara y me quedara cerca de ellos. Quejandose y molestandose con la noticia. Pero, acaso alguien me preguntó a MI que era lo que YO quería?





No.





Egoistas. Egoistas de mierda.







Es todo.

jueves, 16 de junio de 2011

Familia

Si, el día llegó y se fue volando. Es muy interesante la manera en que me preparé para ese día tan esperado y llegó tan rapido, y el proceso fue corto. Me habría gustado que fuese más largo.
Y pues si, otra etapa en mi vida terminó. La que hace unos meses era el inicio de una nueva, ahora es tan vieja que puedo ver el polvo desde aquí. Se acabó.
Ella se fue, se fue lejos, sin si quiera despedirse. Me habla de repente, pero su voz ya quedó en el pasado. Ya no me duele.
Y si, comienza otro verano, un verano incierto, un verano del que no creo conocer fin. Voy de nuevo a la ciudad de mis deseos, donde la cotidianidad termina y las cuerdas de esa guitarra me suavizan el cabello y los ojos. Y lo veo a él, y lo amo, y le digo tantas cosas con mi mirada que creo que no alcanza a descrifrar una sola.
Todos los veranos han tenido un significado enorme en mi vida, todos me han cambiado, me han enseñado, me han presentado gente maravillosa y me han encaminado hacia el lugar a donde pertenezco. Cada verano descubro algo bueno en mi interior, algo malo también, y dentro de mí todo cambia, parece una revolución.
Recuerdo cada verano con cariño y nostalgia. Recuerdo aquél verano de hace aproximadamente tres años, en casa de él, construyendo un hogar que nunca habiamos tenido a su lado. Yo tratando de descubrir un talento inexistente en el baile y el canto. Luego vino el verano de la escritura, el verano de ally, el verano de aquellas familias tan simpáticas que me llenaban los días de aventuras. Estuvo también el verano en el que me encontré en la magia de las imágenes y me encontré con un alma, o tal vez ella me encontró, y la adoro tanto. Pasamos juntas ese verano. Y hay uno, hace seis años, cuando deje mi hogar para tocar tierras desconocidas. Ese fue un verano muy largo, muy interesante y doloroso.
Y este verano, bueno, no tengo expectativas para este. El cine, el cine abarca la totalidad de mi mente. Pero no solo eso, el adiós. Un adiós que no quiero pronunciar. Ellos se van, un año, un enorme pesado, doloroso y solitario año. Este verano me huele a arte, a despedidas, a alcohol y a tabaco, me huele más que nada a un sentimiento de no querer dejar ir. Y presiento que este verano voy a tener que dar muchos adioses, y los veré partir a todos, lejos. Y yo, yo y mi alma gemela del verano pasado, nos quedamos aqui sentadas en la acera. Viéndolos partir. Y vamos a amarlos por el recuerdo.
Entonces vendrá el fin del verano, y ellos no habrán regresado. Y pasarán los meses, y veremos su fantasma pasar de vez en cuando por nuestra puerta, nos van a doler. Vamos a llorar.
Por eso este verano me huele a tristeza. Me huele a tristeza porque ayer terminó todo. Todo se esfumó como aves. Acabó el taller de cine, en donde formé una familia, una familia hermosa y única, especial, rara. Una familia que no encuentras en ninguna parte. Y me siento orgullosa de pertenecer a ella, de estar ahí, pues no cualquiera lo logra. No. Claro que no.

Ayer fue el día, el día del fin. Un fin que marca un comienzo para cada uno de nosotros, solo que por diferentes caminos. Y los amo a todos, a cada uno sin excepción.
A la chica japón, yuki, quien guarda un misterio detrás de cada compra de labial.
Al chico forever alone, juanpoh, que gruñe y se queja y te ama con todo su corazón.
A Marlene, la maravillosa productora, quien nunca, ni una sola vez me falló.
A polo, con su sarcasmo negro y sus burlas hacia checo, siempre tan feliz y su baile al reir.
A mariana, la huevona de mariana, que no servía nada más para dormir. Pero asi la amamos todos.
A ana, mi actriz favorita y mi amiga de la infancia. Es curioso que nos hayamos encontrado de nuevo, en un ambiente similar. Beto y Rosquita de canela.
Y a checo, mi querido checo, siempre tan honesto, tan puro, tan sencillo, tan él. Ha cambiado tanto en mí. He aprendido de él.
Y, claro, a nuestro maestro Chris, ese guapo muchacho de mirada profunda que siempre me intrigó y siempre lo hará. Sé que nos guara un cierto cariño, se que nos quiere y aprendió de nosotros así como nosotros de él. Eres maravilloso chris, gracias por todo.
Y por último, pero no menos importante, Frank/Birdo. Siempre apoyandonos, sonriendo, aconsejandonos, haciendo cosas tan maravillosas.
Estos dos chicos tienen talento y van muy muy lejos y me siento orgullosa de haber sido su alumna.

Y a Lu Anne, Estefan, Santiago, Raul y Julieta. Quienes nos enseñaron mucho a mi parecer, y estoy segura que nos van acompañar de ahora en adelante. Estarán en ese recuerdo, el recuerdo de cuando ibamos cada Lunes y Miércoles de 5 a 7:30 de la tarde al liceo michoacano ubicado en la avenida madero. Ahí dentro, 8 alumnos se encontraban sentados, sin imaginar el futuro, sin pensar, solo sentados escuchando, hablando, sonriendo, viviendo.

viernes, 20 de mayo de 2011

J. Cuervo

Sentada en su cama, junto a la ventana, la que avisa que la noche cayó hace ya un buen rato y yo no me había percatado ¿Por qué? Porque estaba ocupada tomando de un vaso que contenía no se cuantas cosas en su interior.
Segunda entrada consecutiva en la que escucho la misma canción. Piano. Voz. The greatest.
Hoy, si. Hoy convivi con alguien nuevo, con alguien a quien no le habia compartido tanto de mí. Hoy no, hoy no estuvieron mis amigos del alma, mis amigos del pasado. Hoy ellos tomaron su camino y salieron por su lado también. Yo, en cambio, me separé. Yo, en cambio, comparti mi ser y mi alegria con personas tan nuevas y viejas que aún no llego a comprender.
Hoy me acordé de Italuvi y llegué a sentirla tan tan lejos. La siento demasiado... ahogada. La siento diferente, alejada, seca, fría. Ya no la extraño ¿Por qué? porque extrañar es de idiotas. Extrañar es acordarte de ese alguien y sentirte menos porque ese alguien no está presente ¿y que si no está? Te mando a la verga, te cepilló, te dio la espalda ¿Y? Si, mi mejor amigo me dio la espalda, mi mejor amigo me olvidó. Me ha olvidado. Y me llegó a doler en ocasiones. Pero hoy no es la ocasión.
Hoy amo tanto a mis hermanos de cine, hoy amo tantos a mis hermanos Roosevelt. Y, curiosamente, aunque no sea la persona más integrada en el ambiente, creo que ellos me aman a mi también. Sea como sea. Somos familia. Y no nos queda de otra.
Esperando un mensaje de esa mujer que esta ahora en otra fiesta, hoy se hacen dos semanas sin verla. Y es tan raro... La extraño. No logré escuchar bien su voz a través del telefono, seguro el volumen de las notas era demasiado alto para que mi inutil voz les ganara. Pero igual, yo amo a esa mujer, la amo tanto que no puedo expresarlo con tinta.
Llevo, ultimamente, una lucha conmigo misma, una lucha que me obliga a hundirme y volar todo al mismo tiempo. Me siento tan fragil y fuerte a la vez. Siento que me ahogo, me ahogo entre futuros y misterios. Le temo a ese abismo desconocido, oscuro y tan placentero que me grita, me pide que me apresure. Pero no quiero hacerlo porque si no ¿Dónde quedaria la diversión?
Todo es tan callado y ruidoso, no lo aguanto y me encanta. Me encanta.
Extraño ese pasado. Pero ya no me hundo tanto en él, Lu Anne me lo enseñó. Ahora solo tengo que ayudarla a enseñarlo a la gente. El problema es que ahora me aprieta el futuro, el futuro de ti, de mi, de ambos, de todos. ¿Qué será de ti, amigo mío, que huyes y me sonries y me prometes? ¿Qué será de ti, amiga mia, que me ha jurado amistad eterna? ¿Y de ti, compañero desconocido, cuyo nombre repito y no olvido? De ti maestro, De ti.
Es tan complicado concentrarse en un presente, pero creo que comienzo a hacerlo.
Todo se lo debo a Lu Anne. Lu Anne. Lu Anne.

jueves, 21 de abril de 2011

The Greatest

¿Qué significan los colores cuando ya todo es humo? ¿Cuando todo se ha ido poco a poco por un filtro mentolado? Los colores son salvavidas que atrapan, que avivan. Te aclaran. Te calan.
¿Qué significan las notas cuando todo ha sido reducido a gemidos y tristes llantos? Cuando lo último que queda es llorar. Las notas acarician y contemplan, las notas llevan, transportan. Si, si duelen. Pero purifican. Los maravillosos dedos que se encargan de llevar esas notas más adentro, que se encargan de llegar a lo más profundo de nosotros. Y si, si queman. Te arden. Pero luego es un dolor que se torna en placer, y poco a poco en magia. Magia nocturna.


Es una noche fría, bastante fría para la época del año. Fumo algo, una porquería que huele pesadez. Escucho algo, una hermosura que me quema por dentro. Siento por todos lados un sentimiento de soledad y bienestar. Si, me encuentro sola, literal y subjetivamente. Estoy lejos, muy lejos. Siento el viento recorrer mis pies descalzos, la frescura de la noche acariciar mi rostro y cabello. Y ese piano tan delicioso que me acompaña. Entonces me acuerdo de ti y te miro lejano, olvidado. Ya solo te recuerdo en momentos en los que profundizo en mis dolores pasados. Y te veo ahí, como un primer plano del ayer. Como algo que de verdad dolió. Hoy? hoy no lo haces más. Hoy eres un fragmento de vidrio que solía tener filo, ya no. Ya no.
Se me antoja esta noche con alguien especial, con esa hermana de notas e ideas, imagenes y música. Se me antoja esta noche con ella, un blueberry pie y una shisha de cereza.


El frío nocturno me acaricia de nuevo, se me eriza la piel, imagino a mi músico nocturno. A varias casas de aquí, tocando para mí. Si. Porque si existe. Porque no salió de mi mente. Si no de mis recuerdos... aquella noche lejana de lágrimas y sentimientos encontrados, o más bien explotados. Entonces llega mi músico y me relaja, me cambia, me enseña. Y nunca se va. Hoy está aquí, solo que ahora usa un piano. El siempre sabe qué se me antoja.


Mañana. Mañana parto de nuevo. A un lugar en donde solía sentirme muy bien. Pero ya no. Ya no más. Todo es tan... extraño.


Un amigo. Un amigo que dice adiós. Entonces duele, si que duele. Mucho. Bastante. Quema.
La música me dice que no es bueno llorarle a la despedida. Pero es tan dificil no hacerlo.
Un amigo que ha logrado ganarse tu confianza, tu cariño, tus sonrisas, tu tiempo y tu amor.
Un amigo que de verdad vale oro. Un amigo que demuestra ser mucho más.
Y la despedida será dura, al menos para mí. Si que lo será, pero se aprende de todo. De todo, si.
Ya lo extraño. Ya lo veo lejos. Ya quiero que regrese. Y aún no se va.

viernes, 18 de marzo de 2011

Please, Please, Please, Let me get what I want


El humo de tu aroma se filtra por mis pulmones, no me deja respirar. No te das cuenta del peso interno que me azota cuando sonries de esa manera. No, no te percatas. En ocasiones realmente deseo que dejes de hacerlo, deseo que tus ojos dejen de atormentarme por las noches con su brillo meloso, deseo más que nada que tu sonrisa no me acaricie la piel cuando el humo del cigarro se va haciendo espeso a mi alrededor. Quiero, de verdad, que te des la vuelta y dejes de mirarme, porque me lastimas. Tu mirada me lastima, me hiere y me encanta. Me encanta ese dolor, me causa un placer que no conoces y que probablemente jamás podrás conocer porque eres diferente, porque no eres humano, porque no cuentas con esos sentmientos tan imperfectos y doloros y a la vez tan hermosos y placenteros. ¿Por qué no los tienes? ¿O es que los escondes? ¿Los has perdido? Probablemente te los arrebataron. Y me duele ¿Sabes? Me duele que hubo un tiempo en el que desperté esos sentimientos en ti, me duele haberlos tirado por la borda. Y ahora, ahora que quiero volver a probarte, volver a sentirte, tú ya te vas. Y eso me quema. Más que a nada.
¿Tienes alguna idea del efecto que provocan tus ojos en nuestra piel? ¿Alguna, acaso? No, no la tienes.
¿Por qué no quieres aceptarlo? ¿Por qué eres tan... tan tú? Y eso es lo que hace que nos desvivamos por tu persona, el hecho de que seas tú.

viernes, 25 de febrero de 2011

Couldn´t sleep

Es como un abismo, super oscuro. Es como un silencio muy muy pesado, me acalambra toda. Me cubre toda.
Siento un vacío que arde, que da paz, que da pena.
Un dolor ahogante que ríe, que se estremece, que se burla.
No me gusta. Y sin embargo no lo dejo ir.
Una culpa incesante, un error constante.
Mentalidad cansada, cotidianidad tediosa, desperdicio constante.
Sin rechazo, con desprecio.
Sin compañía, en soledad.
En una búsqueda sin punto final.
En un camino sin salida.
Decepción.
Cansancio.
Comezón.
Sed.
Música.
Dolor.
Soledad.

Silencio
Silencio
Silencio

Caigo.
Caigo.
Sigo cayendo.
No dejo de caer.
Me detengo en la nada.
Las notas me marean. Mucho. Mucho. Mucho. Mucho.

Ya no quiero sentirme así.
Y sin embargo, es el único lugar que conozco.

lunes, 21 de febrero de 2011

Wonderwall


Pasa. Te das cuenta de las estupideces que haz estado cometiendo sin percatarte. Y entonces cierras los ojos y no lo puedes evitar, brota una lágrima de arrepentimiento. Un dolor interno de amargura y soledad. De fracaso continuo. Y me repito a mi misma “¿Por qué sigo haciéndolo?“ Vaya, es que el dicho “se aprende de los errores“ no se puede aplicar en este caso y menos para mí. Mucho menos para mí.
Veo al pasado, no tan lejos, no. Tan solo dos o tres meses atrás. Veo una sonrisa y un brillo, veo una mirada de anhelo, veo un momento tan tranquilo, tan perfecto. Los nervios me brotan a flor de piel. Se que se nota a kilómetros de distancia. En ese pasado, veo también un monstruo; un monstruo de cuatro ojos, dos narices, cuatro orejas, dos bocas, dos sonrisas y cuatro pies danzantes. Me veo a mí en el recuerdo y ese sentimiento vuelve, solo que borroso, distorsionado, arrugado por el tiempo y pisoteado por el presente. Ya no puedo más.
Y luego pienso ¿Y si existiera un bote donde tirar recuerdos? Así como esos en donde tiras la lata del refresco, para no volver a tenerla jamás, y se te olvida. Al siguiente día la lata de coca se ha ido de tu mente; se ha quedado en el bote. Quisiera realmente poder tirarlos. Todos.
Sigo en el pasado. Se escucha la canción. La gente que baila alrededor, las demás sonrisas, son ajenas. Yo estoy ahí. Puedo oír la tonada, el solo de la guitarra, la voz desgarradora escapándose por la bocina.
Y después regreso y me veo, sentada, perdida. Recordando. Escuchando. Pensando. Ya no hay manera de volver atrás. No.
Estaba en el jardín, al teléfono. Viendo las estrellas. Escuchando una voz. Lejos de la civilización, la voz a través de la bocina a kilómetros de distancia y, a pesar de todo, se siente como si estuviera conmigo. A un lado.
Libros por doquier, en cada esquina, a donde voltees. Una mirada se cruza con la mía. Veo excitación en ella. Hay mucha gente. Ellos no importan.
El mundo se viene abajo cuando las pisadas cruzan la puerta del lugar, es todo lo que puedo ver ahora. Ya nada más.
La pantalla se extiende ante mí. Siento una mirada a mi izquierda.
Eso es todo.

jueves, 20 de enero de 2011

Un recuerdo del día de mañana, cuando todo se vaya.


Vuelve el escenario, me encuentro otra vez ahí.

Ahora la luz es un poco anaranjada y un piano muy a lo lejos toca unas notas muy al azar... suena a una canción que solía escuchar. El sol del atardecer se filtra por la ventana de un apartamento algo desgastado, me encuentro de rodillas en un piso de madera floja. Un aroma a aserrín, tabaco y flor gran duque cubre la habitación. Suspiro muy lentamente. Siento a través de mis pulmones el ahogo del olvido y la asfixia de la soledad. Y recuerdo que alguna vez fui. Pero ya no más.
Se escucha a lo lejos el sonido del hogar, de un hogar totalmente invisible y que se ha esfumado para siempre. Pero como el ave fénix, volverá a renacer de sus cenizas. Así. Aunque no siendo el mismo que se conoció, aunque las luces ya no sean cálidas y los aromas seductores.
Entonces vuelvo a suspirar y casi suelto una lágrima de nostalgia, pero no dejo que se me escape porque sé que una, conlleva a otra y a otra.
El poco aire que se cuela por la ventana levanta el polvo del suelo y lo hace pasear por la habitación como un muy bienvenido invitado. Y si, puede ser que sea mejor recibido que yo.
La soledad recorre mi espalda y un escalofrío de arrepentimiento cubre todo mi ser. Pero no es una culpa mala, en realidad sé que hice bien. Yo sé... que hice bien.
Las notas del piano se vuelven más y más rápidas para volver a calmarse después de unos segundos y retomar su tono nostálgico, solo y envolvente. No sé de dónde viene, ni me interesa. Le doy gracias al músico que le da un soundtrack a esta clase de momentos en los que el agua entra por un oído y no sale por el otro. Le doy gracias a las bellas y divinas notas que no me dejan sola, ni siquiera en estos momentos.
Una fotografía me mira desde la pared, son varias personas sonriendo, con los ojos tan alegres y jugosos que me dan ganas de tenerlos para mí. No sé por qué rayos pegué esa desagradable foto ahí. O tal vez si sé, porque me causa nostalgia, porque yo estoy ahí. Porque no me di cuenta en qué momento, a qué hora del día, se fueron todos esos bellos momentos. Porque no tuve la fortaleza para hacerlos inmortales, o tal vez porque tuve la suficiente fortaleza para dejarlos atrás y crear nuevas fotografías que pegar en la pared.
El recuerdo duele pero más duele tener que recordarlo.
Y como se me ha dado la oportunidad de vivir los momentos, los viviré, hasta que se conviertan en más recuerdos. Y luego, sean solo polvo arrastrado por el viento que se cuela por la ventana en donde se filtra la luz anaranjada.
Silencio. Busco las notas del piano con mis oídos y me doy cuenta que soy yo quien toca.

jueves, 13 de enero de 2011

Cuando hubo tormenta. 11 de enero

Sinceramente no puedo describir el dolor o la confusión, o como sea que se llame, que siento en estos momentos. Es como un tornado dentro, muchos pensamientos azotan no solo mi mente si no también mis sentidos. Es como un collage, o como suelo compararlo, un gazpacho de miles y miles de recuerdos, ideas, sentimientos, emociones, creencias, pérdidas, dolores, dudas, respuestas y una niebla inmensa que lo cubre todo como el jugo de naranja cubre la fruta del gazpacho.

I don´t know why the hell are you doing this, you´re really hurting me, confusing me, making me think that the wrong here is me. Making me feel like a very very small piece of nothing in this big storm. Just when I thought maybe things between you and me could be better, just when I thought everything was getting better… I fall. High School hit me in the face, I had a depression, I missed my old friends and changes and adventures where bull shit for me; I just wanted to go back, to be like I used to.

Everything is falling down, I feel like a very tiny and less important girl in this relationship. Why are you involving me in your fucking problems? I WANT TO BE FREE. LET ME GO, LET ME BE, LET ME SEE, LET ME DO, LET ME TRY.

No comprendo, no me entiendo ¿Qué es lo correcto? ¿Lo correcto es lo que quiero? Fuck it. Fuck YOU. ¿Por qué? ¿Por qué tienes que ser así? ¿Por qué no llevar la fiesta en paz? ¿Por qué tanto materialismo?

Son DUDAS. DUDAS. ¿Move on? ¿MOVE ON? Fuck everybody. FUCK THE WORLD. Fuck ME.

domingo, 9 de enero de 2011

Y es que, caray, ya no puedo escribir como antes. Se está corriendo la tinta con la lágrima dulce del placer agotador de estar llorando.
Una luz roja traspasa la ventana. Estoy sola, totalmente sola. Una guitarra se escucha desde el piso de arriba, unas cuerdas tan lentas y la voz del cantante suelta una nota de amargura y pesar que me traspasa el corazón. Siento su dolor. Pero no tengo espacio ya para el dolor ajeno. Me gusta estar así de sola, es como siempre lo quise, pero es este dolor de agua salada que frustra, que quema, que cansa. Ya no puedo con esto.
Las cosas que creías conocer, las cosas que solían estar bien, ese tipo de trivialidades que ya tenías en orden... se aplastan, se mueven, se pierden. La paz se rompe.
Ese tipo de cosas que no formaban parte de ti, esas que no eran importantes o que simplemente no te dabas cuenta de ellas. Los problemas sencillos que solían atacarme acaban de agrandarse a un tamaño jumbo. Ese problemita que, según yo, por fin había logrado superar acaba de volver y me está gruñendo.
Yo decía que no me importaba, decía que no era indispensable, que si era así por mi estaba bien. No, ya no, ya no está bien. Me duele. Y es que son recuerdos, grandes, fuertes, húmedos... se abre la herida. Entonces me percato de la situación. Claro que me duele aunque no quiera aceptarlo. El tiempo no cura heridas, las heridas curan al tiempo. Y las mías las cerré con resistol blanco patito del mercado independencia.

¿Por qué ¿Por qué te dedicas a hacerme la vida todavía más pesada de lo que ya es? ¿Tan malo es querer llevar la fiesta en paz?


Es que me acuerdo de tantas cosas buenas. De las que de verdad valían la pena. Cuando tus ojos son ciegos e inocentes y la vida es como el algodón de azúcar rosa que compraba en la plaza de patzcuaro.


¿Por qué tengo que pagar por problemas conyugales?


¿Por qué me dices todo esto a mí? ¿Eh? Quisiera decírtelo pero prefiero hacerme la sorda.


Como que me dan ganas de correr con alguien, pero ya nadie nadie me da esa confianza o tal vez... solo tal vez...


Estoy mareada de tanta mierda.

Me ahogo.

Ahh....