viernes, 18 de marzo de 2011

Please, Please, Please, Let me get what I want


El humo de tu aroma se filtra por mis pulmones, no me deja respirar. No te das cuenta del peso interno que me azota cuando sonries de esa manera. No, no te percatas. En ocasiones realmente deseo que dejes de hacerlo, deseo que tus ojos dejen de atormentarme por las noches con su brillo meloso, deseo más que nada que tu sonrisa no me acaricie la piel cuando el humo del cigarro se va haciendo espeso a mi alrededor. Quiero, de verdad, que te des la vuelta y dejes de mirarme, porque me lastimas. Tu mirada me lastima, me hiere y me encanta. Me encanta ese dolor, me causa un placer que no conoces y que probablemente jamás podrás conocer porque eres diferente, porque no eres humano, porque no cuentas con esos sentmientos tan imperfectos y doloros y a la vez tan hermosos y placenteros. ¿Por qué no los tienes? ¿O es que los escondes? ¿Los has perdido? Probablemente te los arrebataron. Y me duele ¿Sabes? Me duele que hubo un tiempo en el que desperté esos sentimientos en ti, me duele haberlos tirado por la borda. Y ahora, ahora que quiero volver a probarte, volver a sentirte, tú ya te vas. Y eso me quema. Más que a nada.
¿Tienes alguna idea del efecto que provocan tus ojos en nuestra piel? ¿Alguna, acaso? No, no la tienes.
¿Por qué no quieres aceptarlo? ¿Por qué eres tan... tan tú? Y eso es lo que hace que nos desvivamos por tu persona, el hecho de que seas tú.