domingo, 31 de octubre de 2010

¿Por qué gozas de gritarme? Cállate ya, desaparece, no me hables, no nazcas. Es tan terrible tener que lidiar contigo, es tan decepcionante sentir que todo recae sobre mí y que es mi responsabilidad. Es tan tan molesto y doloroso tener ese peso de tener que hablar contigo para que tú te encargues de lo que debes hacer ¿Por qué no lo aceptas? ¿Por qué me evades? Y por qué cuando por fin puedo enfrentarte gozas de destruirme ¿Es que no te cansas de hacerte el sordo? Ya estoy harta de ti, ya estoy harta de esta situación que has ido creando MENTIROSO. ¿para siempre hasta que la muerte los separe? ME RIO A CARCAJADAS.
Basura, eres basura, ya déjame YAA

viernes, 29 de octubre de 2010

Soy adicta a los recuerdos

Wow... Ese sentimiento de escuchar aquélla canción que te gustó y traumó por muchísimo tiempo y recuerdas a la perfección esa época, las cosas que llegaste a hacer, lo que te gustaba, con quién la escuchaste, qué sentías al escucharla, por qué te gustaba, aquélla sensación de oírla una y otra vez y piensas en alguien diferente a ti. Ganas de volver a la época, en algunas ocasiones, y en algunas otras no hacerlo.

En mi caso “Your Love“ La escuché las vacaciones de semana santa pasadas, por ahí de marzo - abril. Estaba en guadalajara con mi papá y yo solía escucharla en el restaurante todo el día, la ponía en su carro y cantaba con él. En la carretera a vallarta y me contó que él solía escucharla cuando se iba de pinta con sus amigos y se salaba las clases hahaha a todo volumen en la camioneta. él también tiene su historia con esta canción. Y yo tengo la mía, me hace pensar en viajes, en carreteras, en atardeceres en la montaña, en soles naranjas, en espejos retrovisores, en restaurantes de camino, en música de ipod, en lentes de sol, en sonrisas de emoción, en tranquilidad... En un viaje.

Otra “Dust in the wind“ El verano antepasado, recuerdo que me encantaba leer blogs y novelas por internet. Recuerdo que me gustaba Crepúsculo aún, recuerdo que pensaba que Robert Pattinson era feo y que mi papá hacía las mejores pizzas del mundo. Estaba en Guadalajara con mi papá también y solía irme al Starbucks a conectarme porque no había internet, de vez en cuando robaba alguna que otra señal en su restaurante y me conectaba un rato. Cuando no, escribía. Aquél verano escribí una novela romántica bastante payasa, pero demasiado significativa. Y esta canción me ayudaba a inspirarme. Esta canción también me remonta a un viaje, a paradas inesperadas, a travesías no contadas, a horizontes naranjas con atardeceres rojos. A “Rojo Horizonte“ Y, Ally, si lees esto quiero que sepas que esta canción me recuerda mucho a aquélla novela que escribías. Si mal no recuerdo, tenías Dust in the wind como soundtrack en el blog.
Me remonta al verano antepasado... una época con olor a comida italiana, palabras escritas, dolores internos y frapuchino de té verde en starbucks. Nice.

Una más “Sex on Fire“. Esta es más actual, tuve un trauma este verano. Siempre me había gustado pero jamás había caído en el trauma hasta que la escuché en la radio de un amigo y desde ahí no paré de oírla. La escuchaba en el club mientras me asoleaba y luego en el camino de carretera hacía Guadalajara, para variar. Me hacía pensar en viajes desconocidos y algunas otras cosas, en llamas y un pasado realmente futurista. La escuchaba cuando caminaba de casa de mi papá a su restaurante, la escuchaba por la noche cuando no podía dormir. Cuando hacía mucho sol e iba a tirarme al parque de en frente a robarme señal del internet. Con mis lentes del sol puestos, los audífonos en su lugar y mi plantita de marihuana colgada al cuello que acababa de comprar a unos hippies en un mercado populi de guadalajara hahahaha...
Esa canción me recuerda a tantas cosas... a la novia de mi papá, a sus hijas. Al regañó que le metí al jefe y, para variar, a comida italiana.

Lucha de gigantes. Esta canción es especial, en realidad. Porque esta no tomó lugar en Jalisco ni con mi papá. Esta tomó lugar en un viaje personal, en una depresión que tuve cuando el cambio me pegó fuerte. Cuando extrañaba a todos y los recuerdos y memorias me hacían llorar. Sí, fue un soundtrack para aquellos días lúcidos y extraños, mojados y secos a la vez. Me cantaba a mí misma, la solía poner al escribir aquí, llorando. Luego me enfermé como por una semana, y la seguía escuchando. Luego me enamoré en esa misma semana. Y wow... todo me llegó junto.
Depresión al cambio, extrañaba a mis amigos, a mi nueva escuela, miedo a las cosas nuevas, enamoramiento, gripa y una canción tan especial como ninguna. Me encanta.


Y, sí, todas estas canciones tienen algo en común; a mí me llegan como un viaje. Las primeras tres toman lugar en Guadalajara, Jalisco. Como el hecho de estar en otro lugar fuera de casa, aprender cosas nuevas, conocerme... Son las canciones para esas épocas vacacionales en la ciudad de mi papá. Y esta última, fue un viaje personal. Y aunque a veces la letra no diga mucho acerca del significado que yo le doy, es como la acción de escuchar esas notas juntas, es la emoción o el dolor que me causan. Sí, es eso. Es algo muy dentro de mí, algo que las nombra especiales. Y, sí, son mis canciones favoritas. Y me encantan, y siempre me gustarán.



martes, 26 de octubre de 2010

La Última Carta

Hecho en un momento de extraña soledad y emociones desconocidas, no sé cómo lo hago, pero me doy cuenta que una cámara puede ser el reflejo casi perfecto de todo lo que transita en mí y en todo.

Todo, absolutamente todo saldrá bien. De una manera o de otra, la energía de todos los que te queremos van hasta donde tu mente repose. La vibra de la felicidad viaja a millas por hora, la queremos ahí contigo. Unimos lo que hay a nuestro alcance y aún más, para que estés bien.



lunes, 25 de octubre de 2010

The Boy Least Likely To - Video

Yo también soy lista

Me siento a pensar en esos momentos deja vu que normalmente te encuentras en la escena de una película o en una toma mental. Tranquila y lenta, contemplativa y poco entendible salvo por el que la vive; yo. Una música se escucha de fondo, es una canción algo pasada de moda pero realmente atractiva, de un modo extraño porque me trae recuerdos entre ajenos entre propios. Como de alguien que aún vive pero que no recuerda muy bien. Es una oficina fresca, ventilada y bien iluminada con un ventanal que probablemente en el recuerdo pasado no era así de grande. La canción suena bajito y lejano, junto con el sonido del teclado bajo los dedos de un trabajador o trabajadora. Todo es... Tranquilo y delicioso. Como si hubiera estado ahí antes. En una frescura matinal y silenciosa salvo por la musica tranquila y rítmica al fondo de la sala, como un monotono día de verano. Y entonces me acuerdo a donde pertenece el recuerdo; a un sábado por la mañana en la antigua estética de mi mamá donde yo solía trabajar. O al menos eso creo, tal vez pertenece a una memoria pasada y abstracta.

sábado, 23 de octubre de 2010

Sordo, Ciego

Distancia, una larga
Espacio, uno invisible
Tranquilidad, extremadamente incómoda
Lentitud, terriblemente estúpida
Aburrimiento, extrañamente desesperante
Creatividad, inmóvil
Imaginación, a la espera
Sueños, sentados
Ilusiones, volantes
Noche, horriblemente pensativa
Recuerdos, abarcan todo
Memorias, en una fotografía
Flores, sin importancia
Libros, con olor
Maestros, con dolor
Gritos, de horror
Canciones, de amor
Cansancio, inevitablemente aquí
Un sabor, amargo
Un dulce, pesado
Un olor, extraño
Un desconocido, sonriente
Tú, inválido

99 Red love Balloons

Y mientras la gente se la vive en fiestas y relajos, yo me tiro en la alfombra dorada a verlos pasar. Tan cansada estoy de verlos, que en un lugar público prefiero desviar la mirada y ausentarme, perdida en mis propios pensamientos para no pasarla tratando de leer los de los demás.
Y mientras las personas se divierten en conjunto, yo me relajo tranquilamente en un mar de alegrías abstractas y sueños vivos. Sueños que me dicen que me mueva, que ya quiero hacer algo, que tengo todo el material necesario para empezar y dejar de ser lo que soy. Pero ¿Quién soy? Soy un globo flotante en dirección a la bahía de un pensamiento eterno, de una meta a largo plazo, de un amor invisible, sordo y ciego. Sí, efectivamente soy un globo relleno de notas sin gravedad, de un gas transparente con colores descoloridos.
Vamos hacía la bahía, olvídate de el ciego, olvídate del sordo, olvídate del vagabundo, hoy eres tú y eso es lo que importa. Mañana serás tú y eso es lo que importa. Y muy seguramente pronto, seguirás siendo tú desde una perspectiva diferente y más sueños por delante. Cuando hayas completado el del día de hoy.

viernes, 22 de octubre de 2010

Dirección equivocada, revise su ortografía

Existe un espacio entre la soledad y el vacío interno, aquél intermedio tan abstracto que me lleva a la ausencia interna de mi mente y espíritu. Son aquéllos momentos en los que presiento que el camino me está engañando, o yo estoy ocultándome algo. Son estos los minutos en los que me pregunto si de verdad estaré escuchando correctamente o es solo un espejismo del sonido. Es justo en este trance cuando divago en mí misma preguntándome si haré bien en esforzarme, desgastarme y obligarme a creer y a soñar con aquello que más quiero. ¿Pero será realmente eso lo que más quiero? ¿Esa tinta subjetiva y figurada que me envuelve por la noche? No lo sé. No sé si mis pensamientos solo me estén arruinando lo que queda, o si lo que queda esté arruinando mis pensamientos. No sé si el hecho de dejar que la influencia externa me toque es bueno, probablemente no. Pero no sé cómo detenerlo, no sé cómo dejar de fluir y crear pensamientos, sueños e ilusiones. Simplemente, cuando voy a la cama y me relajo (O me estreso aún más), es inevitable apagar esos pensamientos, esas risas y esas palabras que me empiezan a colorear, o bien, a despintar. Es imposible dejar de soñar, es imposible dejar de hacerme ilusiones. Y alguna vez me planteé que probablemente lo mejor sería dejar de pensar en parar y dejar fluir los pensamientos, los amores, las ilusiones, los deseos... Pero no puedo, es como si ya hubiera pasado, o como si una advertencia en mi cabeza dijera DESPIERTA, ENTIENDE, LO ESTAMOS HACIENDO MAL. DA LA VUELTA, RETROCEDE. Y alguna otra dice SI, CONTINUA, VAMOS, TE HACE SENTIR BIEN ¿NO?. Pues no. No!
Miles de voces al mismo tiempo, lárguense y déjenme con la suya. Y ya.

Apago la computadora y me voy a dormir. Para volver a divagar en un pasado, para estudiar la semana que acaba de concluir, para pensar en qué haré mañana. Quisiera poder tomarme un líquido para dejar todo vacío y poder dormir sin pensamientos.

YA!





Mente en blanco.

martes, 12 de octubre de 2010

Es una cosa con alas
Que vuela por todo mi cuerpo
Es una mula atrancada
que no sabe moverse lento

Corre rápido cual liebre
Se expande a toda velocidad
Crece cual niño
No para de curiosear

Parece un gato
Sigiloso y mal portado
Esperando el momento de atacar
y hacerme caer y avanzar


domingo, 10 de octubre de 2010

10:10:10



Mi familia me hace ir a misa todos los domingos, y no es que no me guste pero, claro, a veces tengo algunas dudas sobre la existencia de un ente. No siempre presto la atención necesaria y no me enorgullezco de eso, pero es que existen momentos en los que no sé ni qué es eso que llamamos “misa“.
Hoy hubo un cambio mientras escuchaba hablar y hablar al padre; leí un trozo del misal en la parte de atrás y realmente me llegó. Fue como un rayo de luz dándome a los ojos y se me erizó la piel.
Y, en muchas o pocas palabras, el texto hablaba sobre ser agradecidos por todo lo que tenemos. Y efectivamente, todo lo que decía era verdad.
¿No existen enfermos en cama sin poder salir y respirar el aire fresco del parque? Que están postrados en una cama todo el tiempo sin poder moverse y anhelando que su enfermedad tenga remedio para así poder levantarse y recibir una segunda oportunidad en la vida.
¿No existe gente desempleada que lucha cada día por llevar el pan a la mesa y se parten el lomo buscando trabajo?
¿No existen niños hambrientos y tristes, con miradas apagadas y dolores escondidos? ¿Con llagas en sus manos por trabajar? ¿Con sus huesitos asomándose esperando ser alimentados? Sedientos y cabizbajos rezando porque no caiga la noche para no tener la preocupación de en dónde dormirán hoy.
¿Acaso no hay familias destruidas?
Países en guerra y hambre.
Pobreza afuera de tu casa.

Y sí, recibí un escalofrío en la espina dorsal cuando me di cuenta de que cada palabra, cada punto, cada letra eran ciertas.
Todos tenemos problemas, todos sufrimos de algo, a todos nos falta algo. ¿Pero tenemos la desdicha de sufrir de una enfermedad mortal? Muchos no, y no se dan cuenta.
Y entonces me di cuenta de algo; mis problemas son relativamente simples; la tarea, la escuela, un desamor, un papá ausente, un divorcio, dolores del pasado... etc. Pero estoy sana ¿No? tengo una casa ¿No? tengo dos padres ¿No? Un techo, una cama, una cobija, un desayuno, una cena, una escuela. No tengo que preocuparme si comeré mañana, porque sé que lo haré. No tengo que contar monedas; porque tengo suficientes. No me hace falta trabajar, puedo estudiar, tengo ropa, agua, comida, gas, internet.

Hoy doy gracias por todo eso.
Pero por más que intente, no puedo. Los problemas no son así de simples, por más que agradezca, hay algo que debería hacer. ¿No?

jueves, 7 de octubre de 2010


En un agujero en el que nada es igual, en un abismo en el que me pierdo seguido.
La tonada comienza a cambiar, tomando formas distintas, con colores que no reconozco.
Me doy cuenta que nada es normal, que ya no soy tan solo un individuo, ahora formo parte de un grupo con nombre.
Me encuentro conmigo misma en el espejo y con mis ojos recorro lentamente mis pesares, admirándome, tratando de quererme tan solo un poquito más que ayer. Para ver si al final de la semana mi amor por mí es incondicional. Y poco a poco me retiro, me alejo del reflejo, me escondo.
Me dedico a divagar en el agujero de la vida, a apretar el viento con mis manos y convertirlo en sonidos de la naturaleza. Me convierto en sombras, me pierdo con la luz y la obscuridad. Y lentamente respiro el aire que me da fuerza en mis pulmones polvorientos, y vuelvo a escuchar.
A escuchar a todos, a escucharme a mí, a escucharte a ti. Y aunque quisiera escucharte solo a ti, y aunque quisiera verte solo a ti, no dejaré que mis ilusiones den un giro hacia lo que deseo y lo que me atrae. Hoy es necesario escucharme a mí, hoy es necesario escucharme al compás de la sociedad. Volverme un ser andante y espía, al mismo tiempo que me estudio a mí misma en relación con las personas.
Pero, para mí, es mucho más cómodo el silencio personal. Ese murmullo que me suspiro a mi misma, esos secretos que yo sola me cuento, esa tranquilidad que transpiro con los segundos que paso con la soledad.
Y es realmente maravilloso saber qué es lo que me atrae, qué es lo que me inspira y qué es lo que me falta por escuchar.

Las sonrisas de un pasado perfecto, transforman mis pensamientos en memorias y recuerdos. El arcoiris de risas y unidad de un ayer que se fue, las lágrimas de un ser perdido hace un tiempo, la tristeza de un desamor, la duda de un nuevo sentimiento, la atracción de una incertidumbre.
¿Qué habrá al otro lado del pensamiento? ¿Qué será de mí cuando todo se materialice?
Preguntas sin respuestas.

Creo que las cosas que he pasado alrededor de esta vida son insignificantes regalos de la naturaleza en mi cuerpo, creo que si no me pongo ya a hacer lo que debo no voy a poder caminar. Creo que si dejo de ser distraída y me concentro en mis objetivos, en mis defectos por acomodar y en los errores físicos... voy a perder. Debería realmente pensar en mi divagación, en la profundidad de mi mente, debería realmente sentarme a conocerme.
Así que regreso al espejo. ¿Veo mis imperfecciones o mis perfecciones? Eso es algo que responderé pronto, pero, en mi interior, ya sé qué debo hacer. Lo sé de verdad. Te voy a alcanzar.