jueves, 16 de junio de 2011

Familia

Si, el día llegó y se fue volando. Es muy interesante la manera en que me preparé para ese día tan esperado y llegó tan rapido, y el proceso fue corto. Me habría gustado que fuese más largo.
Y pues si, otra etapa en mi vida terminó. La que hace unos meses era el inicio de una nueva, ahora es tan vieja que puedo ver el polvo desde aquí. Se acabó.
Ella se fue, se fue lejos, sin si quiera despedirse. Me habla de repente, pero su voz ya quedó en el pasado. Ya no me duele.
Y si, comienza otro verano, un verano incierto, un verano del que no creo conocer fin. Voy de nuevo a la ciudad de mis deseos, donde la cotidianidad termina y las cuerdas de esa guitarra me suavizan el cabello y los ojos. Y lo veo a él, y lo amo, y le digo tantas cosas con mi mirada que creo que no alcanza a descrifrar una sola.
Todos los veranos han tenido un significado enorme en mi vida, todos me han cambiado, me han enseñado, me han presentado gente maravillosa y me han encaminado hacia el lugar a donde pertenezco. Cada verano descubro algo bueno en mi interior, algo malo también, y dentro de mí todo cambia, parece una revolución.
Recuerdo cada verano con cariño y nostalgia. Recuerdo aquél verano de hace aproximadamente tres años, en casa de él, construyendo un hogar que nunca habiamos tenido a su lado. Yo tratando de descubrir un talento inexistente en el baile y el canto. Luego vino el verano de la escritura, el verano de ally, el verano de aquellas familias tan simpáticas que me llenaban los días de aventuras. Estuvo también el verano en el que me encontré en la magia de las imágenes y me encontré con un alma, o tal vez ella me encontró, y la adoro tanto. Pasamos juntas ese verano. Y hay uno, hace seis años, cuando deje mi hogar para tocar tierras desconocidas. Ese fue un verano muy largo, muy interesante y doloroso.
Y este verano, bueno, no tengo expectativas para este. El cine, el cine abarca la totalidad de mi mente. Pero no solo eso, el adiós. Un adiós que no quiero pronunciar. Ellos se van, un año, un enorme pesado, doloroso y solitario año. Este verano me huele a arte, a despedidas, a alcohol y a tabaco, me huele más que nada a un sentimiento de no querer dejar ir. Y presiento que este verano voy a tener que dar muchos adioses, y los veré partir a todos, lejos. Y yo, yo y mi alma gemela del verano pasado, nos quedamos aqui sentadas en la acera. Viéndolos partir. Y vamos a amarlos por el recuerdo.
Entonces vendrá el fin del verano, y ellos no habrán regresado. Y pasarán los meses, y veremos su fantasma pasar de vez en cuando por nuestra puerta, nos van a doler. Vamos a llorar.
Por eso este verano me huele a tristeza. Me huele a tristeza porque ayer terminó todo. Todo se esfumó como aves. Acabó el taller de cine, en donde formé una familia, una familia hermosa y única, especial, rara. Una familia que no encuentras en ninguna parte. Y me siento orgullosa de pertenecer a ella, de estar ahí, pues no cualquiera lo logra. No. Claro que no.

Ayer fue el día, el día del fin. Un fin que marca un comienzo para cada uno de nosotros, solo que por diferentes caminos. Y los amo a todos, a cada uno sin excepción.
A la chica japón, yuki, quien guarda un misterio detrás de cada compra de labial.
Al chico forever alone, juanpoh, que gruñe y se queja y te ama con todo su corazón.
A Marlene, la maravillosa productora, quien nunca, ni una sola vez me falló.
A polo, con su sarcasmo negro y sus burlas hacia checo, siempre tan feliz y su baile al reir.
A mariana, la huevona de mariana, que no servía nada más para dormir. Pero asi la amamos todos.
A ana, mi actriz favorita y mi amiga de la infancia. Es curioso que nos hayamos encontrado de nuevo, en un ambiente similar. Beto y Rosquita de canela.
Y a checo, mi querido checo, siempre tan honesto, tan puro, tan sencillo, tan él. Ha cambiado tanto en mí. He aprendido de él.
Y, claro, a nuestro maestro Chris, ese guapo muchacho de mirada profunda que siempre me intrigó y siempre lo hará. Sé que nos guara un cierto cariño, se que nos quiere y aprendió de nosotros así como nosotros de él. Eres maravilloso chris, gracias por todo.
Y por último, pero no menos importante, Frank/Birdo. Siempre apoyandonos, sonriendo, aconsejandonos, haciendo cosas tan maravillosas.
Estos dos chicos tienen talento y van muy muy lejos y me siento orgullosa de haber sido su alumna.

Y a Lu Anne, Estefan, Santiago, Raul y Julieta. Quienes nos enseñaron mucho a mi parecer, y estoy segura que nos van acompañar de ahora en adelante. Estarán en ese recuerdo, el recuerdo de cuando ibamos cada Lunes y Miércoles de 5 a 7:30 de la tarde al liceo michoacano ubicado en la avenida madero. Ahí dentro, 8 alumnos se encontraban sentados, sin imaginar el futuro, sin pensar, solo sentados escuchando, hablando, sonriendo, viviendo.

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