lunes, 14 de noviembre de 2011

Me duele algo en el pecho. Algo más allá de todo.
Me duelen las ilusiones, los recuerdos, estos sonidos, me duelen las sonrisas, los chistes, el amanecer, los libros, las caminatas, las aburridas tardes, las confusiones.
Me duelen incluso las imágenes, porque ya no existen en mí, tomaron su rumbo y me dejaron aquí sentada. Las imágenes. Las imágenes a 24 cuadros por segundo, que se fueron junto con la paz y la fe.
Me duelen incluso esas canciones. Esas canciones por las cuales ya no siento nada.
Esas palabras, me duelen esas palabras, que ya no salen con facilidad. Que me traicionan. Que me miran aburridas e indiferentes y ya no quieren estar aquí. Esas palabras que se dan la vuelta y se van a dormir. Y tienen mucho tiempo dormidas.

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