lunes, 24 de diciembre de 2012

Una canzone

Los Belgas dicen que no hace tanto frío como el año pasado y que hace mucho calor para ser Diciembre. Se quejan de que no neva lo suficiente y que así no pueden sentir el espíritu navideño. Yo, por mi parte, estoy feliz de que esta semana no haya hecho tanto frío, lo que si es que ha llovido como si hubieran dejado la regadera abierta en el cielo. Desde en la mañana hasta en la noche sin parar, ni siquiera unos cinco minutos de descanso.
En fin, hoy toca la cena de navidad. Mi familia es un poco fría en cuanto a preparativos navideños así que si yo no aceptaba cocinar ellos iban a comprar pan y jamon para cenar y eso sería todo.
Me gusta mucho estar en la cocina mezclando cosas y oliendo la comida, inventando recetas y ensuciando todo. Pero mi parte favorita es cuando la gente prueba lo que he preparado y dicen “Tis heel lekker eh!“. Por eso hoy me pone nerviosa preparar la cena, en primera en mi vida he hecho Cochinita pibil, en segunda son 15 personas a complacer y en tercera... mi abuela no está aqui pa' echarme la mano. ¿Y ahora? No queda más que seguir la receta y tratar de improvisar un poco como suelo hacerlo. Espero que mi cena no fracase.

En cuanto a él, lo vi hace dos dias. Esta vez no me entristecí cuando me di cuenta que sigue sin revertir el cambio que sufrió hace unos meses. Esta vez ya no llevaba esperanzas de que el viejo él volviera. Y así fue, no volvió. Pero ya me acostumbré y me di cuenta de que no importa cuántos cambios sufra o que tan poco pueda conversar con él. Me gusta a pesar de todo. Pasa el tiempo y nada cambia. Y ya me acostumbré a eso también.
Así que este Jueves, cuando estemos en Paris, llueva o neve... voy a hacerlo y no se lo voy a contar nadie. Ni siquiera a él. Y entonces esperemos que, al menos por unos segundos, vuelva a ser el que solía conocer hace unos meses.

El 2 de Enero sale mi vuelo rumbo a Italia. Estoy tan feliz que no puedo ni demostrarlo. No puedo creerlo. La emoción me invade a mil por hora y nada ni nadie va a impedir que este viaje sea perfecto. Desde que tengo uso de razón mi único sueño y meta en la vida es ir a ese pais. Al pais de donde sé que soy. De donde viene la primera raiz. Y le voy a sonreír a mi abuelo cuando esté en su tierra y estoy segura él sonreirá también.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Carousel



El frio aumenta todos los dias, ya llegó la nieve y junto con esta un montón de emociones que todavía no logro desenredar. Es como una mezcla entre mucha alegria contenida, comienzo de cotidianidad, nostalgia, chocolate y pies frios. Bélgica me da algo nuevo todos los dias y eso me gusta, a veces me trata con mano dura y otras veces me libera para que de pasos bajo mi propio riesgo. No es fácil. Nadie dijo que sería. Y me gusta así.
Mis ojos descubren un montón de cosas que no sabía que estaban ahí y, en ocasiones, me dejo llevar por la atmósfera y sonrío en los lugares más inesperados. Muchas veces me ha pasado que mi cerebro deja de oir la música para concentrarse en otras cosas y es entonces cuando consigo que mis dedos bailen de aqui para allá en el teclado y ese peculiar sonidito de los botones inunde la habitación, transportándome a mi hogar y, luego, a ningún lado.
Hay tantas cosas que contar que me cuesta ordenarlas para poder plasmarlas. Y ahora que lo pienso es un poco tonto porque las pocas cosas buenas que he escrito en mi vida son un desorden y nunca me paré a organizarlas con anticipación.
Aún vivo en el bloqueo, ya hizo un año y medio desde la última vez que escribí un guión de principio a fin en una sentada y me sentí satisfecha. Ahora, no importa cuanto intente, ese muro frente a mí no me deja ingresar al mundo de las historias, aquel mundo que me abría siempre sus puertas. Siempre. Y ya no. No más.

¿Por qué?