jueves, 2 de septiembre de 2010

Ilusión de salida

Entré, me quedé. Decidí que estaría ahí por mucho tiempo. Me encerré. Me quejé. Pero ni una sola lágrima cruzó mi rostro. Me escondí. Me desaparecí. Todos me odiaban. Yo odiaba a todos. Y todo estaba mal.
Apareció algo... una llave. Ofreciéndose a ayudarme, a enseñarme la salida. No quise, la ignoré. Volvió al día siguiente, lo reconsideré. Y cuando ésta me llevó a la salida creí que por fin estaba despertando. Me sentí un poco mejor y traté de resolverlo todo. Una tenue luz brilló en el camino y la soledad se empezó a alejar. Pero volvió, aquella llave no era más que el espejismo de ese abismo, la luz estaba oscura. Me vuelvo, regreso. Me encierro. Y nada está bien. Me encierro. Me quejo. Pero no puedo llorar. NO PUEDO! Me obligué a mi misma a encerrarme. Y ya no puedo salir. No sé salir. No sé dejar ir las lágrimas. No salen, se encierran como yo. Pero por qué no me acompañan? Todo sería más fácil si me acompañaran. Y entonces suena el teléfono, la voz al otro lado me recuerda tantas cosas que deseo colgar, pero no lo hago. Me dejo torturar. Y entonces lloro, su voz me obliga a llorar. Y veo dos pequeñas pero hermosas lágrimas brotar de mis ojos. Y me alegro. Me alegro de tenerlas. Pero no hay más, no salen más. Y entonces vengo aquí. Me pierdo. Me encierro. Pero no puedo llorar. No sé llorar. Y entonces me percato de que hay solo una cosa que me puede hacer ahogarme, y es eso.. eso. Esa cosa que me asusta tanto, pero que amo con todo mi ser: Mi propio olvido. Me olvido de mi misma, se me olvida quién soy. Y ya no me siento segura sabiendo que no estoy sola en mis pensamientos, se meten en mi mente. ¡Sálganse ya! ¿Qué les importa? Ni siquiera yo me importo. Largo! Me quiero encerrar. Solo una cosa me puede salvar.. o eso creía. Pero ya no estoy tan segura.
Y como no sé llorar la lluvia llora por mí, cada gota moja la hoja de mi cuaderno. Poco a poco, la tinta deja de escribir. Y me pierdo en el frío de la calle. Tengo tanto frío.
Quiero irme, alejarme y no volver más. Hacerme cargo de mi misma, no tener que entregarle cuentas a nadie. Ni verle la cara a nadie. Ni preocuparme por ser buena persona a los ojos de los demás. YA BASTA! No quiero ser una buena persona, no lo soy. Los demás qué? Sus ojos me ahogan, pero yo puedo ahogarlos a ellos. Tengo que sostenerme a mi misma... si no lo hago yo... quién lo hará?

No hay comentarios:

Publicar un comentario