miércoles, 29 de septiembre de 2010

Dioses vestidos de morado, vuelven para hacernos sonreír.

Las cosas pasan por algo, todo en esta vida tiene una razón. Si no, entonces todo sería un desperdicio de tiempo.
Todo lo que hacemos trae una reacción, hasta el simple hecho de cortarse las uñas, de peinarse, de levantarse temprano cada día, de ponerse calcetines. El simple hecho de un amanecer, la forma en que las nubes se mueven con el paso de las horas, la acción de parpadear o el simple y bello acto de mirar al cielo y sonreír para si mismo.
Los detalles son siempre más importantes que todo lo demás, por eso se llaman así, porque vienen perfectamente detallados; son perfectos. Y el regalo de poder admirarlos es extremadamente valioso, el acto de poder tenerlos es aún más maravilloso.
El sol. Que cada mañana se levanta y te da la bienvenida con cada uno de sus muchos hijos los rayos.
El viento. Que invita a tu cabello a bailar, que te incita a seguir avanzando, que toma tus manos y te guía por el camino del Boulevard de tu conciencia.
Las nubes. Que con su belleza adornan nuestras cabezas, que con su color nos transmiten paz y promesas de un hermoso porvenir.
La lluvia. Que con sus sonidos transmite mensajes de esperanza, murmullos de alegría, susurros de fe.
Las estrellas. Cada una de ellas nos demuestra que si las vemos desde lejos podrán parecer del tamaño del ojo de una aguja, pero que si profundizas en la acción de su perfección y te acercas al detalle de su brillo... son más grandes de lo que puedas imaginar y mucho más poderosas.
La luna. Mi favorita. Que regresa cada noche, con una expresión de paz en su rostro. Que cambia de forma, que en cada regreso es más bella aún y nunca dejará de embellecerse.


El simple hecho de atarse los zapatos, de pedir un deseo con una pestaña, de abrir una puerta.
El olor por las mañanas, el perfume de los libros, el aroma de la paz.
El humo del incienso, el vapor del agua, el calor del fuego.

Cosas insignificantes, pero ¿sabes? son las más importantes.

La sonrisa de un niño
El brillo en los ojos
Una lágrima de emoción
Un susurro de pasión
El dolor que causa una canción
O el simple latido de un corazón

El frío de invierno
El calor del verano
El sonido de los pájaros
El cariño de un extraño

Un misterio de atardecer
Un sol que saldrá mañana
Un amor que volverá de noche
Para besarnos con añoranza

El cabello revoloteando con el viento
Una sonrisa inteligente que sale sin avisar
Una carcajada alegre que te hace gritar

El abrazo de un amigo
El apoyo de un hermano
El calor de un hijo
La risa de un niño

La guitarra del pobre
La piel del tragafuego
La limosna de un andante
Hace un cambio entero

El murmullo de la gente
Los zapatos al andar
Tu corazón fuerte
Que no deja de palpitar

Juega con el viento y ama a ese niño que llevas dentro.





#
Cada vez que ríes
Cada vez que cantas
Cuando haces lo que te gusta
Cuando te sueltas a carcajadas

Cuando cuentas un chiste
Cuando lloras de felicidad
Cuando comes dulces
Cuando eres feliz sin parar

Cuando gritas a la nada
Cuando buscas al coco en tu cama
Cuando encuentras el eco en las montañas
Cuando sueñas que vuelas hasta el alba

Cuando hablas con el alma.
Cuando mientes sin pecado
Cuando sonríes a un extraño

El inocente no te va a fallar
El niño interno no se va a cansar
de gritarte todo el tiempo
¡Aquí estoy! No llores más

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