viernes, 27 de agosto de 2010

Tantos cambios y nada de queso

No comprendo cómo el tiempo puede cambiar tantas cosas en tan solo un instante.
El pelo crece, la gente cambia, las mentes maduran, las ciudades crecen, los edificios se llenan y yo... pues interiormente creo que soy la misma, pero ya no estoy tan segura. Mi entorno a cambiado totalmente pero no estoy segura si llamarlo un cambio positivo. Probablemente lo sea, pero no me doy cuenta. Los cambios jamás me habían afectado tanto, en realidad yo llegaba a aceptar muy bien los cambios. Yo diría que demasiado. Cambios de escuelas, ciudades, países, casas, amigos, compañeros y el divorcio. El divorcio creo yo fue lo que más me hizo madurar y me sacó de mi infancia antes de tiempo. Pero ahora... ahora no estoy segura de que haya aprendido bien. Me siento como si siguiera cayendo de aquél agujero por el que tropecé años atrás y como si jamás hubiera caído, sin olvidar que me di un buen golpe. Pero al parecer sigo ahí, cayendo en el abismo...

Me siento diferente, incluso actúo diferente con mis viejos amigos. Ya no soy la misma persona valemadrista de antes, ahora me preocupo por todo y por nada. Me siento como encerrada en un círculo rutinario del que no puedo salir. Y no sé cómo escapar.

Realmente necesito alguien más con quien hablar que no sea este blog.
Sin ofender, querido terciopelo azul, pero creo que al leer mis pasadas publicaciones me doy cuenta de que necesito hablar con alguien de carne y hueso.
Gracias por escucharme, blue velvet, eres muy importante para mí. Vuelvo pronto, querido amigo. No me extrañes.

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