martes, 17 de agosto de 2010

Hoy no hay título

Tenía una tarea para la materia de TLR. El rollo estaba en escribir un texto de cualquier tema que incluyera tres funciones de la lengua... No se si me gustó. Ni me sentía realmente inspirada. Pero eso salió de una tarde de confusión, tristeza y ansiedad. Hoy.
Solo quiero publicarlo por si pierdo el documento... me gustaría leerlo luego.


¿Qué es la vida para mí?
Por: Valeria Maggiani Magallón
La vida para mí es sonrisas y placeres, lágrimas y atardeceres. Para mí, la vida consiste en un juego que gira y gira y gira… y no deja de girar. Y todo a tu alrededor luce borroso e inconsistente, rápido, bello. La vida es tan bella como un suspiro y dura tanto como un instante. La vida es Dios, la vida es magia, la vida es vida.
Para alguien como yo, la vida no consiste en disfrutarla; la vida está hecha para amarla, para vivirla, para aprender a saborearla en cada instante. No se disfruta, porque la vida no puede tocarse. Porque de la vida, solo podemos obtener una pequeña porción.
Yo paso por la vida como turista, porque sé que durará poco. Veo, siento, amo, pienso y vivo. Yo no camino por la vida, yo vuelo. Me encuentro en un vuelo salvaje alrededor de este abismo por el que todos estamos tentados a caer. Es un mundo de problemas, de terrores y de errores. Errores para los que existe mejoría, caídas para las que hay una mano y lágrimas para las que tenemos un paño. De eso trata la vida; trata de bajones, de estirones, de dolores y de empujones. Trata de llorar, de gritar, de destrozar todo a tu alrededor. Pero también consiste en levantarte, glorificarte, sonreír y gritar de alegría.
La vida es amaneceres y noches, lluvias y soles, playas y desiertos, sonrisas y gestos, felicidad e infelicidad. La vida es coraje y dolor, valentía y miedo, luz y oscuridad.
Que no te engañen, la vida es mucho más que un dulce, mucho más que solo un placer. La vida también es dolor, ambición y abismos oscuros. Los pasaremos con miedo, desesperación y tal vez locura, pero siempre habrá un sol al final esperando para recompensarte. Y, si no lo hay, es porque tal vez te fuiste por el camino equivocado. Vuelve a intentarlo. Porque la vida es tan hermosa y corta como el latido de un corazón.

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